La Iglesia diocesana trabaja en la consolidación de un sistema vivo y articulado que haga real la Cultura del Cuidado, más allá de protocolos, y garantice ambientes seguros en todas sus instancias.
En línea con la guía de la Conferencia Episcopal, la Diócesis de Caldas ha asumido el reto de institucionalizar la Cultura del Cuidado como un sistema vivo, dinámico y efectivo. Tal como lo señala el padre Luis Fernando Vélez, delegado para la Pastoral del Cuidado “no se trata solo de seguir protocolos, sino de construir una realidad articulada que se evidencie en todas las instancias: parroquias, colegios, emisoras, fundaciones y demás espacios eclesiales”.
Este sistema tiene sentido únicamente si es real y operativo; de lo contrario, se convierte en simple burocracia. Por eso, el Consejo Diocesano asume la responsabilidad de velar por una dinámica que impacte tanto a nivel interno como externo, trabajando en interinstitucionalidad con entidades como la Comisaría de Familia, instituciones educativas y las Secretarías de Salud y Educación.
La creación de esta cultura requiere sensibilidad ante todo tipo de abusos, un cambio de mentalidad frente a conductas normalizadas por la violencia y una pedagogía constante que forme a las comunidades para prevenir y actuar.
En este camino, la Diócesis ya ha implementado protocolos para la prevención, detección y actuación frente a abusos en ambientes eclesiales. Asimismo, ha realizado procesos de sensibilización con el clero en encuentros como el presbiterio, la semana de la fraternidad y espacios de formación permanente.
El trabajo con las parroquias también ha iniciado con un plan piloto en la parroquia Santa Ana de Damasco, que será replicado en otras comunidades en los próximos meses. El objetivo es concienciar sobre la importancia de instaurar una verdadera Cultura del Cuidado, garantizando entornos seguros y protectores dentro de la Diócesis.